
Recordé que aquel sendero lo habia caminado contigo unas dos o tres veces,
que la callesita pequeña en la que no cabia ni un infimo automovil fue el
lugar donde me dijiste por primera vez sin titubeos ni rodeos: Te amo.
Recordé que la atravesamos para llegar a ese cafetin tan "BuenosAirano" que
siempre me encantó y al que te llevé de la mano para que vieras una de esas
pequeñas y simples cosas que me hacen sonreir, una revista -de música, cine,
o cosas de esas que vos sabés que me gustan- gratis, un pequeño libro resumen
de algun otro que me habia gustado; EL CAFESITO.
Recordé también que la ultima vez que te vi allí fue un encuentro casual,
un día en el que no esperaba verte y te vi, y sonrei, y fui aunque fuera por
unos minutos feliz en medio del rio de pobreza que se ve por alli y que me
impide andar libremente o sonreir.
Recordé también que quisé decirte susurrando en tu oido, que te extrañaba
pero mi orgullo me lo impidio y pudo más, recuero que fue la ultima vez
que te vi y que aún hoy tu imagen sigue clavada en mi pupila.
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