How can you lose?

Just listen to the music and the traffic in the city linger on the sidewalk where the neon signs are pretty. How can you lose?

16 abr 2011

Jamás lo logró. Esa fue su perdición.


Nunca quiso saber la verdad. Las verdades duelen y ella no quería que doliera.


Tomó una ducha apresurada mientras su madre -inocente porsupuesto de sus planes- preparaba unos deliciosos pancakes con jarabe de miel y trozos de fresa, buscó en el ropero la primera camiseta que apareciera y los primeros vaqueros del cajón, tomo su único par de tenis y salió con ellos en la mano hacia la cocina donde su madre tenía listo el desayuno. Mientras platicaba con ella acerca de lo bello que estaba el día comía rápidamente sus pancakes que tantos recuerdos infantiles le traían. Con los tenis aún en la mano besó a su madre en la frente y salió a por el coche. Bajó la ventanilla y condujó en calcetines hacia el lugar acordado previmente.


En aquella pequeña habitación no habia más que podredumbre y recuerdos de lo que jamás habia querido llegar a ser, dio un vistazo rápido a su despertador, -faltaban treinta minutos para la hora acordada- se puso de pie, tomo los mismos vaqueros del día anterior, bebió tinto recalentado, tomo un bus y espero pacientemente el sube y baja persistente de señoras, niños y ancianos hasta llegar al sitio previamente acordado.


Logró llegar con veinticinco minutos de antelación y tuvo tiempo de ponerse sus tenis, tomar un café, leer el periodico y llamar a su novia.


Aunque el tiempo corría lento quedaban solo siete minutos para la hora acordada y sabía que si no llegaba a tiempo sería su fin. Al ver el atasco de la calle y recordar que estaba a pocas calles del sitio acordado decidió bajar del bus y correr tanto como sus piernas se lo permitieran.


Tres minutos restantes, llamaría a su madre para decirle que aquella tarde la pasaría con Danielle, y que tal vez no llegara a dormir. -Riiiing, riiing, riiing- contestadora. Deja un mensaje y cuelga.


Dos cuadras y treinta y cinco segundos restantes; no lo logrará y lo sabe. Sus piernas no dan más, el aire le falta y su corazón late desbocado. Pero es por ella, su hija, la luz de sus ojos, debe salvarle la vida.


Dos segundos restantes, si ella no aparece este será el fin; odia cada vez que debe acabar con una vida pero los tratos son tratos y no deben romperse por nada en el mundo. El dinero que iba a reibir no le interesaba, de hecho lo donaría luego...simple y llanamente le interesaba crear tensión, tener el poder.


Una cuadra y menos veinticiete segundos -malditas cuadras interminables-. Vislumbra el lugar acordado y las placas del coche que dijo la esperaría; reune las no-fuerzas que le quedan y logra llegar a su destino con apenas cincuenta y tres segundos de retraso. Él tiene el celular en su mano; es demasiado tarde.


-Aló, ¿Joe?

-....

-No, hubo un pequeño pero significativo retraso.

-...

-Si, es obvio...Danielle no lo aprobará pero era lo pactado.

-...

-En el almuerzo los veré.

-...


Las cosas jamás salian como ella lo buscaba, su marido la habia abandonado, su hija acababa de morir por su culpa, el dinero que traía lo abandono en el bus, su cabeza daba vueltas, el mundo resultaba insoportable, la soledad era leve e inigualable...un disparo, sirena de policia, morgue. Fin