How can you lose?

Just listen to the music and the traffic in the city linger on the sidewalk where the neon signs are pretty. How can you lose?

26 feb 2011

Y si olvidamos y volvemos a empezar?


Y yo que he vuelto a dormir sin sueño, a comer sin hambre, a querer sin cielo, a vivir sin miedo, a correr sin vuelo, a vivir sin ti; me pregunto cada noche qué habría sucedido si las cosas hubiesen sido diferentes.

Qué hubiese pasado si aquel sabado frente al teatro no hubieses sonreido y no hubiesemos ganado esa pequeña bicicleta de alambre o no hubiesemos colaborado para el cuarto de pensión de doce mil pesos. Qué hubiese pasado si esa pareja no hubiese perdido todo el concierto peleando conmigo por haber quitado una silla del camino, y qué si ese día no hubiese llovido y no hubiesemos develado los aguabillones, y qué si aquella noche no hubiese desembocado en un "Buen amanecer".

Me pregunto y no sin hacer un leve estudio, dejame decirte, qué hubiese pasado si ese veinticiete no hubiese estado presente. Y qué si no me hubieses amado?


-Suena un despertador- -Sonido de bañera- -Desayuno rápido- -Puerta- -Un
nuevo día, sin ti-

20 feb 2011

Tu mio de nadie. Si, ya sé.








Y allí estaba él, en la mitad de esa nada que meses atrás era su refugio. Con lágrimas en los ojos y la tristeza atascada entre la garganta y el corazón se acercó a ella, o lo que quedaba de ella. Aún muerta era tan hermosa que a él no le importaba besar sus labios fríos como la nieve que jamás responderian a sus "te amo" de nuevo. Jamás, nunca jamás y aunque eso le quemaba el alma, él no quería llorar. Sabia que ella odiaba verlo llorar, sabia que desde donde estaba lo observaba y él no quería llorar, por ella no lo haría. Así que sonrió, sonrió y se aferró a su cuerpo sin alma, beso sus negros ojos apagados por una desgracia desconocida. Dio media vuelta y jamás regresó.

No asistió al velorio o al entierro, jamás supo dónde había sido sepultado su cuerpo, se dedicó a recorrer el mundo luchando por sus sueños. Visitó todos los lugares que siempre había soñado junto a ella y cada noche lloraba a solas, sin hacer apenas ruido, sin dejar que las lágrimas salieran de sus ojos...evitando que ella lo notara. Pero lloraba....llevaba ochocientas veintidós noches llorando y sin poder dormir como solía hacerlo junto a ella, dejando descansar su cabeza en su estomago. No, ya no dormía.


Había visitado Londres, París, Buenos Aires, Ushuaia, Roma, Venecia...visitó todos y cada uno de los lugares que su mente podía recordar saliendo de los labios de aquella mujer que ya no le acompañaba. Pero jamás tomo una sola foto de todo aquello que había vivido, no se había encontrado con una misma persona por más de dos días y no miraba la luna desde el mismo punto dos noches seguidas. Jamás a nadie le dio su nombre verdadero y él mismo olvidó de donde venia. Vivía la vida que ella habría querido vivir y se olvido de ser él, no vivía sus sueños; eso era pura basura. Vivía los sueños de ella, se culpaba por no haber llegado a tiempo, por no haber salvado su cuerpo, por no haberle dicho una ultima vez que la amaba.

cuatro mil quinientos diecinueve días después de su muerte, él estaba cansado...no quería seguir huyendo. No quería seguir viviendo, ya nada se le antojaba maravilloso, había sentido más de lo que quería, había presenciado más de lo que podría haber jamás imaginado y sabia que la vida no es como la pintan. Aquella noche cerró los ojos apretando un pequeño trozo de papel en la mano, la beso en su imaginación por dos segundos eternos y le dijo por ultima vez que la amaba.


Era 22 de febrero de 1965 y en las noticias lo más importante era:








"Muere importante escritor Norteamericano a sus 48 años acostado en medio de la
tierra que algún día fue su casa con un solo nombre en su mano: "Caroline"
Se dice que pudo tratarse de un suicidio aunque las autoridades aún no emiten ningún fallo final. Les estaremos informando acerca de todo lo que suceda"







Apaga el televisor, da vuelta al acetato y todo empieza de nuevo.
Una vez más es Chicago, 16 de octubre de 1952, le recuerda cuanto la ama, le dice que no prenda el calentador, le da un beso en la frente y parte hacia la oficina.